Emprendedor Santafesino creó una máquina que cambia botellas por alimento de mascotas

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Descripción

Colocando plástico, vidrio, aluminio o pilas en este dispenser ecológico se recibe a cambio una ración de alimento balanceado y agua para perros.

Dos grandes intereses personales motivaron a Rubén Gramajo a crear un invento fantástico para colocar en espacios públicos y beneficiar a la comunidad. Por un lado, su afán por contribuir con el medio ambiente y por otro, su amor incondicional por los animales. Bajo estas premisas, el ingeniero industrial oriundo de Rufino unificó conceptos y los capitalizó en un Ecomedero, una máquina capaz de recibir y separar desechos a cambio de una ración de agua y alimento para perros.

Se trata de una especie de dispenser en forma hexagonal de gran altura, que en 4 de sus 6 caras se pueden depositar de forma separada plástico, aluminio, vidrios y pilas. Una vez ingresado el material a reciclar se puede obtener a cambio una ración de alimento balanceado y agua los cuales son entregados automáticamente en bandejas dispuestas en la parte inferior del Ecomedero.

“El emprendimiento surgió a raíz de mi interés por la problemática de los residuos y el medio ambiente. Siempre estuve vinculado con el tema, hice proyectos para la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia y en mi paso por la Municipalidad de Rufino también hice mi aporte. Eso, sumado a mi amor por los animales, me llevaron a pensar en crear algo que concientice a la gente sobre la importancia de separar la basura, y que a la vez la recompense con un beneficio para sus mascotas o para aquellas que están en la calle”, explica Gramajo en diálogo a punto biz.

La idea fue gestada por el rufinense hace poco más de un año y con la ayuda de muchos amigos de su entorno, la pudo llevar a la práctica mediante un producto de calidad y óptimo funcionamiento. “Conté con el apoyo de amigos que fueron incondicionales. Leonardo San Pablo me ayudó con la parte mecánica, Tomás Galán me hizo todo el sistema electrónico y Fernando Bottazzini se encargó del diseño”, describe el ingeniero que no quiso pasar por alto a sus colaboradores.

Si bien la obra aún se define como un prototipo y para su mentor todavía quedan afinar detalles, el Ecomedero fue presentado a la comunidad y contó con la aceptación de todos. De ahora en más quedará por definir si es el municipio o algún organismo público el que absorba el proyecto para poder implementarlo y posibilitar su pleno funcionamiento.

“Es necesario hacer una recolección periódica de los materiales depositados, como así también una recarga de alimento y agua. Lógicamente esos elementos reciclables recibirán el tratamiento correspondiente y hasta se comercializarán una vez recuperados”, describe Gramajo quien parece no haber dejado nada al azar.

Fuente: Punto Biz

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